jueves, 7 de julio de 2011

kundalini


Rumoroso y rumiante coxis de nieve gris; kundalini de terso rebuje detrás de los espejos manchados. Tanto tantra y mantra unidos en un todo casiopeo y voluminoso, tanto canto suelto por el suelo de barro y el cuerpo desarmado. Volví del límite raigal de los dioses y caí pútridamente sobre tu almohada de lúmenes para volverme virgen de vos y de tus calibres mansos. Saliste de la hebra verde, en donde culmina el sol su bucle de sonidos legendarios, para llegar hasta el interior de mis partes derruidas en bosque y calles dulcísimas del olor a noverdes a noazules, invertebrados… Y me estás curando los mundos desencontrados para partir la flor enhiesta aquí, en mi pedregal de manzanos oscuros, y volverla pintura de limón, cajita de paraguas, cocina de abedules, madre en el eterno remiendo de los párpados dolidos. Y me estás mostrando el gozne para partirte también los colores y enterrarte dentro mío como suma cuenta de descarrilados barquitos rojos…

(Sueño ahora con que camines unos pasos y me eches a volar)

viernes, 1 de julio de 2011

(así se ve el revés)

Volverse cáliz del frío para corroer en mil dentelladas los bordes finos de tu pollera... embebida en vino.
Estás bailando en vaivén de focos de colores tórridos mientras todo lo demás está oscuro. Así los vasos de acrílico se derraman solos sobre tu falda gruesa y bordó, rebalsada de plumas embargadas de risas (risas)
Es todo rojizo, como el fuego de las salamandras vivientes y contoneadas de azúcar en cubos pequeños.
Y te veo tan hermosa bailando con el vestido mojado, húmedo de rojos, cálido de los colores de la mar azulejada, adormilado y vencido... vivo... vertido todo en mi tenue envase verdeacuoso y senil...