miércoles, 8 de septiembre de 2010

nochealmíbar

Quitaste el velo transparente del cuerpo y te lanzaste sin pensarlo más frente al vaivén que te llamaba... frente a eso otro
que te estaba carcomiendo de vergüenza la cintura...


Absorbí tu jugo, me alimenté de tu grito y de tus manos arrugadas, conté las gotas caídas en el piso, derramé el vino, bailé en tu punzante modo de mirarme los ojos...


Otra vez buscaste resarcir tus desmanes invitándome a pasarme el día oscuro bebiendo de tu pubis... y cedí, ante el vago espacio que permite separarnos, que nos mantiene siempre a la distancia en la que nos hacemos menos daño... y nos buscamos... siempre el alma... el cuerpo... aquí... 


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