(Acaso bulbo sin ala, llagó el estentóreo suelo de metales para empobrecerlo y abandonar el filo. Las plantas en el sopor caliente se agrietaron, y dieron pulpa a la vejez antigua de los cuerpos. Hubo grito blanco, hubo la lengua humedecida en sal, y hubo dios que se colaba seco y volátil entre las piernas entumecidas. Hubo ella llanto y él luz. Hubo el cardúmen en los vientres y las muertes continuadas. Hubo él gozne ella monte...
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preparados, listos, ya