Pude vencerme los reveses. Se me alunaron los cortes verticales al tener un cuerpo más. Comí, sanamente, después de los tijeretazos que me apunaron la lengua. Sorbí al fin las mieles luego de haberme cosido las bocas. Canté en pleno éxtasis con un velámen sólo para mí. Horadé la ansiedad para juntarme los pechos y revertir los goces, ya definitivamente.
Amé un cuerpo irresoluto y la consistencia de sus jugos. Soldé el mío, y válgame, que hoy sí creo en las reencarnaciones.
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Amé un cuerpo irresoluto y la consistencia de sus jugos. Soldé el mío, y válgame, que hoy sí creo en las reencarnaciones.
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Amé un cuerpo irresoluto y la consistencia de sus jugos. Soldé el mío, y válgame, que hoy sí creo en las reencarnaciones.
ResponderEliminar!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
me fascinaaaaaaaaaaaa éso
es precioso!
ResponderEliminarY yo.
ResponderEliminarReencarnada en oyente admiradora.