Estoy en tu pequeña porción nutrida de tiempo,
del sinnúmero de montecitos brotados,
de la venida de la noche.
Veo que das nacimentos cuando te hincás frente a la luz
y que te empapás de las heridas de otros
que han buscado mancharte las sangres.
Venís desde lo alto de las palabras mortecinas
a dedicarnos este prontuario verde
que le embebe de costras sanas al niño que se te posa sobre los barcos.
Quiero de tus leches
para aprenderte de a saltos grandes
e hilar el posible retrato que tengo de tu voz
en mis alas de parto.
((Ser tu voz
darme las luces))
.
.
.
.
del sinnúmero de montecitos brotados,
de la venida de la noche.
Veo que das nacimentos cuando te hincás frente a la luz
y que te empapás de las heridas de otros
que han buscado mancharte las sangres.
Venís desde lo alto de las palabras mortecinas
a dedicarnos este prontuario verde
que le embebe de costras sanas al niño que se te posa sobre los barcos.
Quiero de tus leches
para aprenderte de a saltos grandes
e hilar el posible retrato que tengo de tu voz
en mis alas de parto.
((Ser tu voz
darme las luces))
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sí, eso que ves volar sos vos...
ResponderEliminary ahora?
y ahora -a hora, dixit elena-
ResponderEliminaraprender del que viene de la tierra
tierra y mar.
ResponderEliminarvolar blanco.
tierra y mar.
ResponderEliminarvolar blanco
y un punto que nos enciende